El tiempo es un recurso limitado. No se puede comprar, almacenar, ni multiplicar. Disponemos de una “chequera de segundos” finita, que muchas veces no sabemos cómo aprovechar. Para que tengas una idea de esto, te invito a hacer el siguiente ejercicio: Investiga cuál es la esperanza de vida en tu país, réstale la edad que tienes y multiplica por 365. El resultado es el número aproximado de días que te quedarían para brillar como emprendedor, desde ahora hasta que dejes este mundo.
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de extender esta “chequera del tiempo” por algunos años adicionales, si llevamos un estilo de vida saludable.
¿Pero, a qué viene este cálculo matemático? Existen muchos libros que nos ayudan a administrar el tiempo. Lo primero que nos recomiendan es clasificar nuestras actividades en aquellas que son urgentes e importantes; las no urgentes pero sí importantes; las urgentes y no importantes; y finalmente, las que no son ni urgentes ni importantes. Estas últimas, a veces, pueden tomarnos por sorpresa si las aplazamos y se nos olvida firmar ese “cheque de tiempo” en el momento oportuno; o si no le hacemos el debido seguimiento pueden convertirse en importantes y urgente, sin previo aviso.
Desde mi punto de vista, este modelo se ha quedado obsoleto. La dinámica en que vivimos como emprendedores nos impide circunscribirnos a un esquema tan rígido como el descrito anteriormente, basado en un simple cuadrante que muestra niveles de urgencias y de importancia. ¿Qué podemos hacer para ir más allá de esa concepción rigurosa de administración del tiempo y adoptar un modelo más flexible que ayude a los emprendedores a conocer su propio ritmo para ser más productivos? Yo no tengo la respuesta, y quién sabe si alguien la tiene. Pero a continuación, ofrezco cuatro ideas con las que he estado experimentando y que me han dado buenos resultados hasta ahora:
1.-Conéctate con tu tiempo personal
Todos tenemos un ritmo interno propio. Vale la pena que te preguntes: ¿En qué momento eres más productivo? ¿A qué hora del día te sorprenden tus mejores ideas? ¿En las mañanas? ¿En la noche?
Cuando estabas en la escuela, ¿Qué tipo de estudiante eras? ¿El madrugador o el trasnochador? Ahora que eres adulto ya sabes cuál es tu pico de rendimiento. Sácale provecho a ese momento: Escribe esa propuesta importante, llama a esos contactos para ofrecer tus productos o servicios, reúnete con ese cliente clave al que no terminas de darle ese “cheque de tu tiempo”.
¿Y qué haces con tus horas menos productivas? Utilízalas en esas tareas tediosas que no requieren tanto desgaste intelectual. Es el momento de hacer cosas más cotidianas, como ir al banco, ordenar tu oficina, o ir al dentista.
Si vas a utilizar algún servicio público hazlo en aquellas horas en las que tú sabes que hay menos gente. De esta manera, el tiempo que ahorres podrás abonarlo a tu chequera de productividad como emprendedor.
2.- Convierte al tiempo en un aliado incondicional
¿Qué quiero decir con esto? Cuando somos empleados, hacemos una separación entre el tiempo laboral y nuestras horas de ocio; pero, como emprendedores, esa percepción cambia. Posiblemente, nos parezca que trabajamos más que antes, porque ese añorado tiempo libre lo dedicamos ahora a nuestro propio negocio. Por esta razón, es muy importante escoger como emprendimiento aquello que realmente encienda nuestra pasión. De otra manera, se podría convertir en una carga tan pesada como ser empleado de una empresa de gran renombre en condiciones muy exigentes.
¿Cómo podemos hacer del tiempo un aliado? Se logra llevando una planificación semanal flexible que te permita pasar de una actividad a otra de manera natural y aprovechando al máximo los períodos aparentemente ociosos ¿Qué te parece si mientras esperas al dentista lees ese artículo interesante desde tu teléfono celular? ¿Qué tal si escuchas un audio libro mientras conduces tu automóvil? Estas son actividades que te enriquecerán y le darán un valor agregado a tu aventura como emprendedor.
Fluye con el tiempo. Haz lo que tengas que hacer según tus compromisos y se fiel a tu planificación, para que el balance de tu “chequera del tiempo” siempre esté a tu favor.
3.-Trabaja desde tu casa sin aislarte
Es excelente trabajar desde casa. ¿Pero, qué pasa cuando tus clientes y tus fuentes de ingreso real están en la calle?
Aprovecha tu tiempo para entrar en contacto con tus probables clientes. Escúchalos. ¿Qué te dicen? ¿Qué necesidades tienen? ¿En qué andan? Esto te ayudará a tener un conocimiento más profundo acerca de ellos; pero también puede servir para ampliar tu red de influencia más allá de tu círculo de amigos y familiares. Esta es una forma divertida y dinámica de aprovechar el tiempo en pro de tu negocio.
Otra manera de darte a conocer y sacar el mejor provecho de tu “chequera del tiempo” es a través de la capacitación constante: Asiste a seminarios (muchas veces hay oportunidades en institutos o universidades que ofrecen cursos económicos), suscríbete a newsletters o boletines especializados de interés para ti, participa en programas de tipo e-learning o foros en Internet. Estas actividades te mantendrán al día y entusiasta para darle vida a tu emprendimiento.
4.- ¡Cuidado con los sobregiros!
Cuando no administramos bien nuestro dinero, los sobregiros siempre generan cargos adicionales o momentos desagradables con la entidad bancaria. En el caso de la “chequera del tiempo”, el sobregiro ocurre al no aprovechar adecuadamente nuestro tiempo, lo cual nos lleva a perder el foco y dejar tareas inconclusas. El sobregiro también nos agobia cuando nos comprometemos más allá de nuestra capacidad, dedicamos demasiado tiempo al trabajo y descuidamos nuestra salud, o no apartamos unas cuantas horas para compartir con nuestros familiares y amigos. Pero el peor sobregiro del tiempo, es incurrir en el vicio de la postergación: Evite caer en morosidad con su tiempo.
En fin, un sobregiro en tu “chequera del tiempo” es todo aquello que conlleva a rehacer trabajo, que causa retrasos, o afecta la calidad de lo que hacemos. La mejor manera de poner el tiempo a nuestro favor es observarnos y tomar conciencia de cómo lo utilizamos en nuestro día a día. Siempre hay una voz interior que nos advierte cuando estamos cayendo en algunas de estas conductas. Depende únicamente de nosotros corregirlas.
Por último, pero no menos importante, cuando decidas abrir tus alas como emprendedor, no te preocupes por las pérdidas iniciales en tu bolsillo. Date cuenta de algo que hasta ahora no habías valorado: el crédito de tu “chequera del tiempo”, que siempre estará contigo. Sólo tienes que administrarla sabiamente para que cada segundo se convierta en fuente de prosperidad y satisfacción mientras te dedicas a lo que realmente te apasiona.
Te deseo el mayor éxito como emprendedor.
¡Sácale provecho a tu tiempo y disfrútalo al máximo!
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de extender esta “chequera del tiempo” por algunos años adicionales, si llevamos un estilo de vida saludable.
¿Pero, a qué viene este cálculo matemático? Existen muchos libros que nos ayudan a administrar el tiempo. Lo primero que nos recomiendan es clasificar nuestras actividades en aquellas que son urgentes e importantes; las no urgentes pero sí importantes; las urgentes y no importantes; y finalmente, las que no son ni urgentes ni importantes. Estas últimas, a veces, pueden tomarnos por sorpresa si las aplazamos y se nos olvida firmar ese “cheque de tiempo” en el momento oportuno; o si no le hacemos el debido seguimiento pueden convertirse en importantes y urgente, sin previo aviso.
Desde mi punto de vista, este modelo se ha quedado obsoleto. La dinámica en que vivimos como emprendedores nos impide circunscribirnos a un esquema tan rígido como el descrito anteriormente, basado en un simple cuadrante que muestra niveles de urgencias y de importancia. ¿Qué podemos hacer para ir más allá de esa concepción rigurosa de administración del tiempo y adoptar un modelo más flexible que ayude a los emprendedores a conocer su propio ritmo para ser más productivos? Yo no tengo la respuesta, y quién sabe si alguien la tiene. Pero a continuación, ofrezco cuatro ideas con las que he estado experimentando y que me han dado buenos resultados hasta ahora:
1.-Conéctate con tu tiempo personal
Todos tenemos un ritmo interno propio. Vale la pena que te preguntes: ¿En qué momento eres más productivo? ¿A qué hora del día te sorprenden tus mejores ideas? ¿En las mañanas? ¿En la noche?
Cuando estabas en la escuela, ¿Qué tipo de estudiante eras? ¿El madrugador o el trasnochador? Ahora que eres adulto ya sabes cuál es tu pico de rendimiento. Sácale provecho a ese momento: Escribe esa propuesta importante, llama a esos contactos para ofrecer tus productos o servicios, reúnete con ese cliente clave al que no terminas de darle ese “cheque de tu tiempo”.
¿Y qué haces con tus horas menos productivas? Utilízalas en esas tareas tediosas que no requieren tanto desgaste intelectual. Es el momento de hacer cosas más cotidianas, como ir al banco, ordenar tu oficina, o ir al dentista.
Si vas a utilizar algún servicio público hazlo en aquellas horas en las que tú sabes que hay menos gente. De esta manera, el tiempo que ahorres podrás abonarlo a tu chequera de productividad como emprendedor.
2.- Convierte al tiempo en un aliado incondicional
¿Qué quiero decir con esto? Cuando somos empleados, hacemos una separación entre el tiempo laboral y nuestras horas de ocio; pero, como emprendedores, esa percepción cambia. Posiblemente, nos parezca que trabajamos más que antes, porque ese añorado tiempo libre lo dedicamos ahora a nuestro propio negocio. Por esta razón, es muy importante escoger como emprendimiento aquello que realmente encienda nuestra pasión. De otra manera, se podría convertir en una carga tan pesada como ser empleado de una empresa de gran renombre en condiciones muy exigentes.
¿Cómo podemos hacer del tiempo un aliado? Se logra llevando una planificación semanal flexible que te permita pasar de una actividad a otra de manera natural y aprovechando al máximo los períodos aparentemente ociosos ¿Qué te parece si mientras esperas al dentista lees ese artículo interesante desde tu teléfono celular? ¿Qué tal si escuchas un audio libro mientras conduces tu automóvil? Estas son actividades que te enriquecerán y le darán un valor agregado a tu aventura como emprendedor.
Fluye con el tiempo. Haz lo que tengas que hacer según tus compromisos y se fiel a tu planificación, para que el balance de tu “chequera del tiempo” siempre esté a tu favor.
3.-Trabaja desde tu casa sin aislarte
Es excelente trabajar desde casa. ¿Pero, qué pasa cuando tus clientes y tus fuentes de ingreso real están en la calle?
Aprovecha tu tiempo para entrar en contacto con tus probables clientes. Escúchalos. ¿Qué te dicen? ¿Qué necesidades tienen? ¿En qué andan? Esto te ayudará a tener un conocimiento más profundo acerca de ellos; pero también puede servir para ampliar tu red de influencia más allá de tu círculo de amigos y familiares. Esta es una forma divertida y dinámica de aprovechar el tiempo en pro de tu negocio.
Otra manera de darte a conocer y sacar el mejor provecho de tu “chequera del tiempo” es a través de la capacitación constante: Asiste a seminarios (muchas veces hay oportunidades en institutos o universidades que ofrecen cursos económicos), suscríbete a newsletters o boletines especializados de interés para ti, participa en programas de tipo e-learning o foros en Internet. Estas actividades te mantendrán al día y entusiasta para darle vida a tu emprendimiento.
4.- ¡Cuidado con los sobregiros!
Cuando no administramos bien nuestro dinero, los sobregiros siempre generan cargos adicionales o momentos desagradables con la entidad bancaria. En el caso de la “chequera del tiempo”, el sobregiro ocurre al no aprovechar adecuadamente nuestro tiempo, lo cual nos lleva a perder el foco y dejar tareas inconclusas. El sobregiro también nos agobia cuando nos comprometemos más allá de nuestra capacidad, dedicamos demasiado tiempo al trabajo y descuidamos nuestra salud, o no apartamos unas cuantas horas para compartir con nuestros familiares y amigos. Pero el peor sobregiro del tiempo, es incurrir en el vicio de la postergación: Evite caer en morosidad con su tiempo.
En fin, un sobregiro en tu “chequera del tiempo” es todo aquello que conlleva a rehacer trabajo, que causa retrasos, o afecta la calidad de lo que hacemos. La mejor manera de poner el tiempo a nuestro favor es observarnos y tomar conciencia de cómo lo utilizamos en nuestro día a día. Siempre hay una voz interior que nos advierte cuando estamos cayendo en algunas de estas conductas. Depende únicamente de nosotros corregirlas.
Por último, pero no menos importante, cuando decidas abrir tus alas como emprendedor, no te preocupes por las pérdidas iniciales en tu bolsillo. Date cuenta de algo que hasta ahora no habías valorado: el crédito de tu “chequera del tiempo”, que siempre estará contigo. Sólo tienes que administrarla sabiamente para que cada segundo se convierta en fuente de prosperidad y satisfacción mientras te dedicas a lo que realmente te apasiona.
Te deseo el mayor éxito como emprendedor.
¡Sácale provecho a tu tiempo y disfrútalo al máximo!